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A la atención de la Alcaldía del Excelentísimo Ayuntamiento de Arenas de San Pedro

Cuarto escrito

Por la presente, ruego a Dios todopoderoso, que los niños que nazcan en Arenas de San Pedro, vengan ya instruidos desde el cielo en la maestría de la tauromaquia, para que así, el dinero público que se invierte en clases infantiles de tan honorable arte, pueda destinarse al arreglo del camino que discurre por el paraje de Los Lanchares, situado en los umbrales de la jurisdicción del Excelentísimo Ayuntamiento de Arenas de San Pedro, a cuya Alcaldía vengo rogando semanalmente su atención por ser el destino de unos impuestos que, puntualmente, abonamos los vecinos de dicho lugar, quienes no tenemos otra alternativa que la de utilizar la referida calzada para acceder a nuestras viviendas.

Y es una pena porque éste, de no ser tan solo un sencillo acceso vecinal y de comunicación entre pueblos, serviría como excelente campo de pruebas para la empresa Michelín. Dudo no obstante, que exista tecnología de neumáticos que pueda resistir el aterrador martirio de tan irregular terreno. Nosotros, los vecinos que transitamos angustiados a diario por esta degradación, ya tenemos muchos ensayos y estudios suficientes de los daños que ocasionan en los vehículos los peores baches de España. Podemos si lo desean, hacer llegar al consistorio gratuitamente y desde esta comunidad nuestros test de resistencia. Así podrían Vds. a su vez, derivarlos a los mejores fabricantes de ruedas para que nuestras experiencias, puedan ayudar al resto de la población mundial con la invención de un neumático definitivo que soporte las peores condiciones posibles.

Aún así, si no se fían de mis palabras o les provoca envidia nuestra suerte, me ofrezco voluntario para construir en sus calles un campo de pruebas como el nuestro, del que todos los vecinos de Arenas de San Pedro también puedan disfrutar y se sientan orgullosos. Utilizaría algún tipo de explosivo potente dispensado por el Ministerio de Obras Públicas. A modo de sugerencia, creo que el mejor sitio sería la calle Triste Condesa. En ella, a cada tres o cuatro metros de distancia aproximadamente, podría disponerse un socavón de grandes dimensiones mediante la detonación controlada de diferentes cantidades de Trinitrotolueno. Con este explosivo potente, utilizado para el barrenado de minas y otras obras de construcción, se pueden conseguir excelentes formas; irregulares, profundas y muy difíciles de sortear. Conviene que dichos boquetes en el asfalto sean angulosos y presenten el suficiente filo en su sección para que los golpes de las ruedas contra las aristas, sean lo más contundentes posibles. Así se consigue el daño definitivo que todo ciudadano desea para su vehículo. Es muy conveniente asimismo eliminar las aceras, poniendo especial atención en el diseño de un desnivel importante hacia los lados, para que aquellos vecinos más aventureros que pretendan esquivar los baches, puedan divertirse con grandes sustos y eventualmente con el volcado de sus automóviles. Si me aprueban este proyecto de infraestructura imprescindible, les plantaré además y de manera altruista, grandes zarzales salvajes en los lados de toda la avenida, para impedir la visibilidad y para que durante los calurosos meses de verano, les ofrezcan la providencia de un inesperado incendio de grandes proporciones.

A la espera de su interés en este proyecto, equiparado al que disfrutamos cada día los vecinos de Los Lanchares, les doy las gracias anticipadamente por su atención.

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