Relatividad
Vosotros veréis, pero yo desde ahora contaré mi tiempo de otra manera.
No me gusta pensar que me queda menos de un cuarto de siglo de vida. Y en vez de dar importancia a esos veinticinco años, prefiero pensar que tengo por delante nueve mil ciento veinticinco días. Aunque como me parece que son pocos días para complacerme, prefiero pensar en las 219.000 horas que aún tengo que saborear. Y como aún me resultan insuficientes esas horas, le daré más importancia a los trece millones ciento cuarenta mil minutos que me corresponden. Pero no es suficiente, no. Pondré toda mi ilusión en cada uno de los setecientos ochenta y ocho millones de segundos que restan para el final.
Qué coño! Creo que tengo siete mil ochocientas ochenta y cuatro millones de decimas de segundo por delante. No puedo derrochar ni una en gilipolleces, porque bastantes impuestos pago ya como para retribuir encima a los políticos con mi preciado tiempo.
Vosotros veréis.