Cosas nocturnas

POYALES DEL HOYO A 22 DE JULIO DE 2015

Estimada junta directiva y personal docente de La Colonia de Gredos:

Este verano estoy conciliando el sueño francamente mal a consecuencia de los ladridos de mis perros. Como saben, aquí en el campo, se duerme con las ventanas de las habitaciones abiertas para que el frescor nocturno permita un descanso placentero, lo cual no estoy consiguiendo en absoluto debido a los grupos de excursionistas nocturnos que organiza su distinguida empresa. Los animales no son capaces de discernir entre la amenaza que representa un delincuente y esos jóvenes americanos que han venido a España de campamento y que se alojan en sus instalaciones culturales.

Se da la circunstancia, que una buena parte del recorrido de esas expediciones nocturnas de jóvenes escolares, transita las lindes de mi propiedad, y dado que dicha actividad altera a mis perros y por ende a mi propio descanso, me veré obligado a tomar las siguientes medidas para aprovechar un tiempo que no me fructifica tendido en la cama.

Haré inolvidable la estancia de sus estudiantes en España, procurándoles una experiencia que jamás olvidaran. Mi actividad profesional enfocada a la creatividad y el singular dinamismo que me caracteriza, administraran en estos jóvenes la dosis del más aterrador espanto, algo por otro lado legal, ya que no está incluido en mis planes ningún factor de tipo violento.

A la mayor brevedad, les invito a cambiar el itinerario de dichas marchas y desviar el recorrido por la carretera principal, que también se dirige al pueblo, aunque tengan que vestir chalecos reflectantes para evitar atropellos. De no hacerlo y continuar los paseos por las inmediaciones de mí finca, los estudiantes comenzaran a escuchar amenazantes sonidos que nacen en las profundidades del oscuro bosque. Poco a poco estos se irán acrecentando, hasta que su volumen (procedente de unos enormes bafles que voy a instalar en lugares estratégicos de las tenebrosas sombras) les pongan los pelos de punta. Es entonces cuando comenzarán a ver extrañas luces que se mueven por la espesura. Al principio no le darán mucha importancia y solo se verán alarmados, lo que les obligará a aligerar el paso, pero cuando mis amigos actores, caracterizados de muertos vivientes o de criminales peligrosos, comiencen a proferir los gritos más espantosos bajo una cascada de efectos especiales que hielan la sangre del más valiente, se sucederán las carreras y el pavor para ponerse a salvo...

Por la presente, me eximo de toda responsabilidad por los daños que puedan ocasionarse aquellas personas que, espantadas por el miedo, caigan al río y mueran ahogados, se produzcan esguinces o se rompan los huesos por lo irregular del terreno, se choquen contra los árboles y se produzcan traumatismos craneoencefálicos, se pierdan en el monte y fallezcan por inanición, sufran ataques cardiacos,...

Yo tengo mucho tiempo y poca pereza. Les suplico que no activen mi lado más perverso para que la estimulante experiencia en España de sus estudiantes bilingües, no se convierta en la más inolvidable de sus vivencias.

Muchas gracias por anticipado y buenos días.