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Resaca

Ayer salí a por el pan. Solo quería una barra, lo que no era una misión tan peligrosa. Pero había una boda en el pueblo y además la panadería estaba casi al lado del bar en el que mis amigos estaban trazando sonrisas en sus caras.

Me acerqué imprudente, como un ratón tocando con su nariz el queso de una espoleta, y así cometí el primer gran error al pronunciar la frase: "Bueno venga, solo una".

La primera Mahou se coló sutil por mi gaznate, como un sistema de aire acondicionado líquido instalándose en mis sentidos por un técnico de la empresa INFIERNO S.A. Cuando quise darme cuenta ya estaba mencionando la otra frase que jamás debe pronunciarse: "Venga va, apúntame otra y mañana te la pago."

El bolígrafo de mi amigo camarero se quedó sin tinta tres horas después, mientras agrandaba la lista que tendré que hacer frente si no me expatrio antes del pueblo. Para entonces, ya solo cubría mi cuerpo el bañador y las chanclas, lo que chocaba con la elegante indumentaria de los invitados a esa boda que vestían elegantísimos trajes. La novia, que vive al lado del bar, salió con su padre de la mano, empapada de nervios y bajo la mirada atenta de los invitados que con sus teléfonos móviles recogían imágenes igual que mariscadores de exquisiteces . El vestido de ella era muy vaporoso y de un deslumbrante blanco que resplandecía en la plaza. Yo gritaba botellín en mano!!Viva los novios!! y obligaba al gentío a responder a mi grito, !!VIVAAA!! Decían, lo que resultaba chocante porque yo era como un pajarillo cachondo y sin provecho posado en una esquina, imponiendo atención a esos humanos en la cúspide de la cadena alimenticia que no tenían más remedio que someterse y responder a mi consigna.

Luego todos desaparecieron por el callejón, camino de la iglesia. Al poco las campanas tañían a boda y a ese mismo ritmo, yo daba tragos y dejaba escapar chistes con los que nos partíamos de risa cuantos taponábamos la puerta del bar.

Debieron de pasar ocho horas que finalmente me subyugaron y dejé allí a todo el pueblo. Tomé el camino bacheado que el ayuntamiento de Arenas no se digna arreglar y por lo que tendré que demandarles algún día.

Cuando llegué a casa me pudieron las fuerzas y me perdí la película de Canal+ basada en hechos reales. Me subí a dormir pero como resulta que a un escaso kilómetro de nuestra casa existe un complejo residencial para jóvenes que van de campamento, esta noche transitaban por el camino intermitentemente, cientos, miles o millones de personas que han puesto en guardia a mis perros los cuales no han dejado de ladrar exaltados durante toda la noche.

Una de las veces no pude aguantar y entre espantosos ladridos me levante, comprobando desde la ventana que en la misma puerta de la valla exterior se había detenido un coche y había personas fuera de él. Entonces me puse el bañador y como en un sueño, bajé las escaleras y abrí la puerta con la katana en la mano. Salí blandiéndola como el Cid campeador, dispuesto a los peores insultos y si hiciera falta, a las más impresionantes incisiones en carne humana.

Estaba a pocos metros de la puerta cuando comencé a oír que sonaba la sirena de la alarma dentro de la casa. Corrí a apagarla pero ya era tarde. Una voz como de ultratumba resonaba en el salón -"Buenas noches, llamamos de Securitas Direct ¿puede decirme su palabra clave por favor? -Yo no acertaba a entender de donde salía aquella voz por lo lamentable de mi estado psíquico y miraba por el techo y entre los libros de las estanterías.- !Señor puede darme la contraseña por favor! - me advertía la voz con evidente apremio. Entonces vi que provenía de la centralita y pude concentrarme lo suficiente para darle lo que me pedía. -Tenemos un salto de alarma por la apertura de la puerta de la cocina ¿me pude explicar lo que ha pasado?- a duras penas declaré que los perros ladraban mucho y que no desconecté el dispositivo cuando salí a ver qué pasaba. - Está bien, buenas noches- Todo volvió al silencio y entonces salí de nuevo, empuñando la katana con mucho desamor. Aquellos intrusos ya se habían marchado a toda prisa y creo que afortunadamente, no me dio tiempo a mostrarles el brillo japonés de la hoja afilada de mi espada...

Hoy hace una mañana esplendida y no tan calurosa como otros días. Tengo un poco de dolor de cabeza y no sé si se debe a tanto ladrido nocturno. Puede que sea lo que en términos clínicos se denomina resaca. Yo pienso que todo esto no es una fantasía, y como realmente sucedió, tengo pruebas gráficas que lo acredita. Os dejo aquí una foto de la feliz pareja a la que me consta que el cielo premiará con una larga vida de amor y felicidad ¡¡¡VIVA LOS NOVIOS!!!

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