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Inconsciencia

Me está pasando algo. Últimamente tengo intervalos de tiempo a lo largo del día que no recuerdo en absoluto. Son espacios en blanco que al intentar traer a la memoria, no me provocan el desasosiego propio de quien se atemoriza por ver su recuerdo extraviado, como les ocurre a los infortunados enfermos de Alzheimer, sino todo lo contrario. Disfruto una paz inexplicable cuando intento sin exito desenterrar en mi cabeza esos lapsos cuajados de minutos.

Es posible que esté enfermo, aunque no tengo la sensación de peligro que podría originar un diagnostico médico. Es algo muy raro, pero que no me impide hacer una vida normal.

Sigo masajeándome la entrepierna como todos los veranos por estas fechas, y miro con deseo incontenible los perniles de esas mujeres que tanto tiempo invierten en depilarlas. Mantengo intacta mi adición por la vida, de la que soy un incondicional adepto, como Pablo Iglesias por juego de tronos.

Si en algún momento veo vacas leyendo a la sombra de una higuera, o pastores vestidos de etiqueta, realizando pasos de baile de salón por estos parajes resecos que me rodean, también os lo haré saber. Porque hay que ser buenos ciudadanos para avisar ante cualquier epidemia de la que uno pueda tener constancia. Por ahora podéis seguir tocándoos sin miedo. Disfrutad del verano, que son solo tres puñeteros meses de carbonización.

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