Subteligencia

La foto es preciosa y da muy buen rollito. Es que no quería ser demasiado explícito publicando fotografías de ataúdes alineados, ni de cadáveres sembrados en las playas de la costa italiana o española, ni de inmigrantes fuera de este mundo flotando a la deriva vestidos con inútiles chalecos salvavidas...

Parece que después de todo, no importa mucho, porque todos esos centenares o miles de fallecidos son solo negros sin importancia, o lo que es peor para ellos, pobres y desesperados. Porque nuestras fronteras sí que están abiertas al negro adinerado, ese que si llega en avión y con dinero, obtiene la nacionalidad de inmediato. Los otros no. Esos otros negros y pobres de los que hay que protegerse con mascarillas y trajes de prevención bacteriológica y química no valen ni el precio del despliegue que hace falta para sacar sus cuerpos del océano. Esos otros negros y sus hijos, están ocasionando mucho gasto a los gobiernos porque los féretros no son baratos. Por eso, nuestro querido ministro de asuntos exteriores, explica que hay que impedir que las mafias se lucren con el éxodo que las guerras y el terrorismo africano están ocasionando, esos conflictos de los que cualquiera estaría obligado a escapar para salvar a sus hijos o a sí mismos.

Según nuestro mandatario, la solución pasa por contener a todos esos indigentes en sus costas de origen, de modo que puedan morir allí para tranquilidad de nuestras conciencias. Lo importante es que no crucen, que no los veamos, mientras seguimos enviando armamento a los conflictos armados. Lo más importante es mantener la fresca sonrisa de los humanos de este lado del planeta provocando una ceguera que solo la codicia más repugnante nos puede ocasionar.