Felices fiestas
Inmersos hasta el penúltimo recuerdo, casi nos ahogamos de noticias en 2014. El frío se ha descolgado del firmamento queriendo violar nuestras casas, pero de alguna manera, todos conseguimos superar la hipotermia, y el hambre, y la pérfida tristeza que como un percutor, aguarda siempre amenazantemente cargada, a la vuelta de cualquier minuto. La historia ya tiene contracciones, y como el tiempo manda, está lo suficientemente dilatada como para dar a luz a 2015. Está enorme de gorda y parirá como las ovejas solitarias en mitad de la noche fría, sin ayuda, sin otra asistencia que la de unas campanadas con sabor a fruta.
La uva ya está temblando. En cualquier momento, la mano agrietada de un agricultor mal pagado la desclavará de la vida para ser una cualquiera de las doce, y la pienso masticar como si fuera el testículo bañado en champagne de alguno de esos que llenaron mi telediario de horror, o como el pezón de una cantante de copla.
Tengo doce oportunidades para moler entre mis caninos los peores pensamientos mientras tañen las campanas. Ya queda poco. Deseo que os sea dulce el resurgir, y que 2015 os tenga reservada la gran sorpresa de encontrar el mayor de los tesoros; a vosotros mismos.
FELICES FIESTAS