No soy culpable

No soy culpable. Si hago todo cuanto puedo, si madrugo para intentarlo, si me vendo honradamente y nada de eso hace que pueda conseguir el objetivo de existir con la holgura económica que me proporcione la tranquilidad que anhelo, no es culpa mía. Existe algo poderoso que otorga a cada cual su destino. Las personas que cuelgan de las vallas de Melilla no eligen estar ahí, ni haber nacido de ese color. Los que huyen despavoridos de las explosiones en Gaza tampoco, ni los que no encuentran un trabajo, ni los que conducen un Ferrari, ni los que sin saber cantar están en el número uno de ventas. Todo cuanto sucede es solo un rato de conciencia pre programada. Nadie es mejor que tú, ni que yo, ni que nadie. Me dejaré llevar por esta película en color que se tornará en blanco y negro con el tiempo. No soy culpable del no reconocimiento. Hay preciosas flores en lo profundo del bosque que jamás reciben una mirada. Inhalaré mi libertad, sin miedo. Que no me falte agua, ni un bocadillo. Huiré si quiero, no tengo nada que perder. Después de todo soy un instante de nada, no me creo más.