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Levitation

Erase una vez un país del mundo con un nivel de olor tan nauseabundo, que sus ciudadanos tenían que marcharse a otros países para no morir atufados. En este país, de cuyo nombre no quiero acordarme, existían unos pepinos que levitaban y que se movían a sus anchas por el territorio, abriéndose paso a golpe de dos cosas, su aterradora punta enculadora y su fabulosa tarjeta mágica sin límite de gastos. Básicamente el pais era propiedad de los pepinos que levitaban, porque al estar por encima del resto de sus ciudadanos, flotando con la libertad de un zepelín en vuelo rasante, su poder era espeluznante hasta el punto de que si no te apartabas de su camino, corrías el peligro de ser insertado por el ano y reventar. Esto es lo que les paso a un grupo de viejos pensionistas decrépitos, especializados en economía. Quisieron ser más listos que los pepinos voladores e hicieron operaciones no permitidas a gente común. Fue entonces cuando los pepinos les encularon a todos ellos. Es lo que se denominó la operación PREFERENTES, precisamente por no respetar la preferencia de los pepinos levitantes para ganar dinero. Estaban ya tan gordos los pepinos y tan rellenos de papel moneda y mierda reseca, que empezaron a no poder levitar y se quebrantó su poder enculador. Entonces el gentío perdió el miedo al comprobar como uno de estos gordos y canallas cohombros, arrastraba su panza por el suelo debido al peso de su desmedida ambición. Fue entonces cuando alguien grito fuertemente desde el dolor de su culo abierto y sin permiso -! Creo que podemos dar nosotros ahora también un poquito a los pepinos!- y otros ciudadanos que veían la posibilidad de poder respirar profundamente por una vez en su vida gritaban juntos- !!Si, podemos!!- Los pepinos intentaron escapar de los enfurecidos pobladores pero no podían levantar el vuelo debido a la sobrecarga de dinero público. Fue entonces cuando empezaron a sucumbir bajo los golpes de una banda de pepinillos Guardias Civiles que les encularon con el mango de sus porras a ellos. A partir de entonces los pepinos vivieron todos juntos y felices en unos lugares que se habilitaron especialmente para ellos y que se llamaban recintos penitenciarios, precisamente por el aspecto de pene de los pepinos. FIN

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